Revista XXVI No. 1 de 2019

Política de Ciencia en Colombia

Política de Ciencia en Colombia

Política de Ciencia en Colombia

Eduardo Posada

Presidente Junta Directiva ACAC

 

 

Quisiera en estas líneas destacar un aspecto tal vez menos conocido pero de  vital importancia de la actividad desarrollada por José Luis, dentro de su empeño para lograr que la ciencia y la tecnología ocupen un lugar importante en las inquietudes de nuestro país.

 

Conocí a José Luis a mediados de los años 80 cuando, después de su regreso al país con el título de doctor en química cuántica, se desempeñaba como profesor en el Departamento de Química y poco después como fundador y director del doctorado en esa especialidad de la Universidad Nacional. Desde esos años tuve la oportunidad de apreciar su lucidez, su espíritu crítico, y también ese fino humor que siempre lo caracterizó y del que había que evitar ser su blanco. En esa época, en la cual yo era igualmente profesor de Nacional, tuve el gran gusto de trabajar con él, no tanto en nuestras áreas respectivas, sino en procura de que la ciencia y la tecnología entrarán a formar parte de las prioridades, tanto de la Universidad como del  país. Participamos juntos en el llamado Comité de Apoyo a la Investigación establecido por la rectoría, y pude así apreciar el papel fundamental que él jugó, junto con Luis Blanco, en la creación de los primeros cuatro doctorados en 1984. Fue el programa que él dirigía, el que graduó la primera doctora en ciencias del país.

 

Un hito importante en el esfuerzo en favor de la ciencia en Colombia, lo constituyó la aprobación, en diciembre de 1989, de la ley de promoción de la ciencia y la tecnología, sancionada por el presidente Barco como ley 29 de 1990. Dicha ley otorgaba facultades extraordinarias al gobierno para estructurar la legislación en esa materia por un período de un año, lo cual hizo que, desde Colciencias, se iniciara un proceso de análisis con miembros de la comunidad científica, en el cual José Luis tuvo activa participación.

 

La tarea realizada por los directivos de Colciencias, con el apoyo del equipo jurídico, condujo a la promulgación de una serie de decretos-ley de una importancia decisiva para la ciencia nacional: la constitución del Sistema Nacional de Ciencia y tecnología y la transformación de Colciencias en un instituto adscrito al DNP, a través del decreto-ley 585, las normas especiales de contratación para ciencia y tecnología en el decreto-ley 591, las pautas para la constitución de corporaciones de ciencia y tecnología establecidas en el decreto-ley 393 constituyeron una verdadera revolución que, aún hoy, es mirada con admiración por países vecinos, y establecieron unas pautas que siguen teniendo vigencia en el país.

 

Aunque la idea inicial de la ley 29 era la de crear un Ministerio de Ciencia y Tecnología, el gobierno no apoyó esa iniciativa y, por eso, el decreto-ley 585 fue esencial para transformar a  Colciencias que pasó de ser un Fondo adscrito al Ministerio de Educación a un instituto del DNP. Igualmente novedosa fue la idea de establecer un régimen especial de contratación, con el objetivo de agilizar los procesos relacionados con la investigación. La participación de José Luis fue clave en ese proceso en el cual su experiencia como investigador y su conocimiento del sector jugaron un papel fundamental.

 

En  ese año se inició la preparación de la Asamblea Constituyente en el cual el equipo de Colciencias tuvo una activa participación, gracias a la cual se logró, por primera vez en la historia del país, la inclusión de varios artículos alusivos a la importancia de la ciencia y la cultura en la Constitución del 91.

 

Posteriormente, partiendo de una propuesta de Rodolfo Llinás, Colciencias y la Consejería para la Modernización del Estado, sugirieron al Presidente Gaviria convocar a un grupo de expertos con el fin de trazar una carta de navegación para el país en el tema de educación y ciencia. Esa propuesta fue acogida y de ahí surgió la Misión de Ciencia Educación y Desarrollo.  Si bien José Luis no fue directamente miembro oficial de la Misión por su calidad de subdirector de Colciencias, si tuvimos el privilegio de contar con su apoyo permanente junto con el de Clemente Forero, lo cual enriqueció enormemente las deliberaciones.

 

Cada uno de los comisionados desarrolló un tema particular y, en conjunto, construimos un documento común que finalmente se publicó con el título de “Colombia al Filo de la Oportunidad”. En ese documento se formularon muy diversas propuestas, muchas no se han podido cumplir. Sin embargo, signos positivos de esa evolución, son la reciente creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación,  y el lanzamiento de la Misión de Sabios, que esta vez cuenta con el compromiso formal de que sus recomendaciones se pondrán en práctica durante los tres años restantes del gobierno.

 

He querido en estas líneas destacar algunos de los logros de José Luis en el campo de la política de ciencia y tecnología que son parte fundamental de su legado, y del cambio que gracias a él se ha generado en el país.

Compartir